COCINAR A LA PLANCHA, SENCILLO Y SANO.
Para cocinar a la plancha debes utilizar ingredientes frescos y de calidad
Cuando usamos la plancha de cocina los alimentos se cocinan rápidamente. Es una técnica muy saludable en la que prácticamente no es necesario utilizar aceite. Cocina sencilla y sin complicaciones. Así se consigue que cada ingrediente mantenga todo su sabor natural y propiedades nutricionales. El producto elegido se convierte en el auténtico protagonista. Sin añadidos, sin distracciones. Por eso es muy importante utilizar siempre ingredientes frescos y de calidad. Además, estos ingredientes soltarán menos agua al cocinarse. Así evitarás que la comida se cueza en lugar de asarse.
El resultado que se consigue al cocinar a la plancha es muy similar al de la barbacoa, pero la comida no llega a tocar las llamas. Y aunque no tienen ese inconfundible sabor del ahumado, los alimentos no se resecan tanto. Si los cocinas bien, quedarán dorados, crujientes, sabrosos y con un color muy vivo que los harán muy apetecibles.
Controla la temperatura y el tiempo exacto de cocción de cada ingrediente
Cuando cocinamos a la plancha, lograr el resultado exacto requiere conocer las temperaturas y tiempos de cocción que necesita cada ingrediente. Y este es el principal secreto para cocinar a la plancha como un profesional. Debemos conseguir que el líquido de cocción se evapore y se elimine rápidamente, sin que los alimentos se resequen y se quemen. Lamentablemente no hay una fórmula mágica ni una tabla de tiempos. La temperatura y el tiempo necesarios para conseguirlo varían según si cocinas verdura, carne y pescado, y no todas las verduras, carnes y pescados son iguales. También varía en función del grosor del ingrediente que estamos cocinando.
De todos modos, cocines lo que cocines, lo que siempre debes hacer es calentar la plancha de asar de manera gradual. Pon el fuego a temperatura media e incrementa la intensidad progresivamente hasta que la plancha de cocina alcance la temperatura deseada. De este modo el calor se repartirá uniformemente por la superficie, los ingredientes se cocinarán de manera uniforme y no se pegarán.
Para cocinar a la plancha los únicos ingredientes imprescindibles son el aceite y la sal
El aceite debe untarse en cada ingrediente, y nunca ponerse directamente en la plancha. Lo mejor es usar un pincel de cocina. Así el aceite se reparte uniformemente y solo se utiliza el mínimo imprescindible. Esto es importante por dos motivos. El primero es que cuando ponemos el aceite en la sartén acostumbramos a ser demasiado generosos con la cantidad, y estamos cocinando a la plancha, no friendo. Y el segundo es que la plancha de cocina debe estar muy caliente. Si la calentamos con el aceite alcanzará una temperatura muy elevada, y se quemará. Y esto no solo es malo para el sabor sino también para nuestra salud.
Sobre la sal lo más importante es ponerla en el último momento. No importa si lo haces cuando el alimento ya esté cocinado, al darle la vuelta o justo antes de ponerlo en la plancha de cocina.
A partir de aquí puedes innovar y añadir distintos sabores utilizando diferentes especies y hierbas aromáticas. O servir tus parrilladas junto con diferentes salsas, vinagretas o simplemente con un chorro de aceite de oliva crudo añadido al final de la cocción. Las combinaciones son infinitas.
Así conseguirás que los ingredientes más difíciles estén siempre tiernos y jugosos
Si las piezas son muy gruesas o de cocción muy larga, pueden quemarse por fuera y quedarse crudas o resecas por dentro. Para evitarlo, hay dos técnicas que pueden ayudarte:
Ciertas verduras, como espárragos o zanahorias, quedan más tiernas y jugosas si primero se cocinan unos minutos al vapor. La cocción a la plancha es muy agresiva y de este modo solo tendremos que marcarlas unos minutos para conseguir que tengan ese inconfundible sabor, sin renunciar a la textura que queremos. Esta técnica también nos sirve para cocinar pescados blancos de carne blanda y corte muy grueso. De este modo únicamente deberemos marcarlos un momento por cada lado y evitaremos que se nos peguen o que se nos queden demasiado resecos.
Finalmente, para las carnes de cocción más larga, como pollo, cordero o cerdo, recomendamos asarlas primero a fuego fuerte para sellarlas, y terminar la cocción a fuego medio para acabar de cocinarlas por dentro.